Deauville, 20 de julio,
cuarenta grados a la sombra.
Amado mío: Me he
escapado un momento para escribirte una postal. El verano, como te imaginarás,
es de lo más aburrido sin ti. Papá se pasa el día cantando zarzuela en la playa
y amenazando a todo el que me mira. Mamá se derrumba en las tumbonas y de ahí no
se mueve en todo el día. Dice que es bueno para conservar la figura y para el ácido
úrico.
He de confesarte que
hay un chico italiano que en cuanto papá baja la guardia se me acerca y me dice
cosas verdes en italiano que no entiendo. Pero no te preocupes, como no le
entiendo bien no mantengo ninguna conversación con él. Me limito a sonreír
hasta que llega papá ladrando y el pobre se tiene que ir.
Seguro que tú estarás
en Madrid ligando con todas. Mamá dice que eres un bribón de mucho cuidado. Yo
sé que me amas y que no harías esas cosas.
Aún no me ha llegado
ninguna de las cartas que me prometiste escribir. Conociéndote las habrás
echado al buzón sin sellos o sin destinatario.
Volvemos el día 13. Yo volveré
en tren, papá en autogiro y mamá en un dirigible. Somos así de originales.
Bueno, hace mucho calor
ya y me voy a meter en el agua. Pórtate bien en Madrid, estudia tus
oposiciones, riega las plantas de mamá y no salgas por las noches.
Tuya siempre
GM.
Posdata: Papá se ha
quedado dormido y unos niños le han enterrado en arena.
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