"CUAL SI QUISIERAN JUNTAR CIELO Y TIERRA, RUGEN, LLAMANDO A PUERTAS Y VENTANAS, MAS NO LOGRAN ENTRAR, Y ES MÁS GRATO NUESTRO DESCANSO EN LA SEGURA SALA".

miércoles, 6 de noviembre de 2013

ENTREVISTAS A MEDIANOCHE



Como remembranza de mi etapa de periodista radiofónico en una importante emisora cuyo nombre omitiré, he decido reproducir íntegra una de mis más famosas entrevistas. Se trata de una serie de interviús —tituladas “Entrevistas a medianoche”— realizadas a una caterva de terroríficos personajes como Frankenstein, la Momia, el conde Drácula, el fantasma del castillo de Hauzenberg y un notario de Ávila. La que les expongo a continuación se la realicé al conde Drácula el día 15 de febrero de 2008, a las doce de la noche. Soplaba viento de poniente.

 

Entrevistador.-Bienvenido a esta su casa, señor conde, ¿o puedo llamarle Drácula?

Drácula.-Usted me puede llamar hasta “cuchicuchi”.

Entrevistador.-Tiene usted unas salidas, conde… Pero vayamos al grano. ¿Cuándo nació usted?

Drácula.-Pues la fecha exacta no la recuerdo, era uno muy joven, pero sí sé que mis padres deseaban una hembra, pues ya habían tenido catorce varones consecutivos.

Entrevistador.-¿Su edad aproximada?

Drácula.-Unos seis siglos.

Entrevistador.-Pues se conserva usted muy bien.

Drácula.-Eso es porque no enveneno mi organismo ni con el tabaco ni con el alcohol. Tampoco con las mujeres.

Entrevistador.-Eso me resulta difícil de aceptar. Usted tiene fama de seducir a cuanta mujer se le ponga por delante.

Drácula.-Uno tiene que alimentarse, pero prefiero no intimar mucho con ellas.

Entrevistador.-¿Qué opina de las mujeres?

Drácula.-Que a ratos fugacísimos son encantadoras, pero la mayoría de las veces solo me provocan jaquecas.

Entrevistador.-¿Misógino?

Drácula.-No. Transilvano.

Entrevistador.-¿Ha estado casado alguna vez o es también misógamo?

Drácula.-No sé lo que es misógamo, yo no terminé el bachillerato. Y sí, he estado casado tres veces.

Entrevistador.-¿Qué opina del divorcio?

Drácula.-Que tras las latas en conserva es el mejor invento del ser humano.

Entrevistador.-¿Usa usted calcetines grises?

Drácula.-Le ruego que no me pregunte tonterías.

Entrevistador.-¿Cuánto se gasta en gomina?

Drácula.-Una barbaridad, pero no he venido aquí a hablar de eso.

Entrevistador.-¿Se interesa usted por política?

Drácula.-Suelo leer los periódicos en el tranvía y soy de ideología conservadora.

Entrevistador.-¿Ha amado alguna vez?

Drácula.-Una vez creí haber amado, sin embargo, resultó ser una gastrointeritis que me provocó una fiebre muy aguda y un dolor en el costado que por poco me muero.

Entrevistador.-Usted es inmortal.

Drácula.-¡Y del Madrid!

Entrevistador.-Lleva veinte años viviendo en Gandía por prescripción médica. ¿Qué opina de las costumbres españolas? ¿Le gustan los toros?

Drácula.-Las costumbres españolas me parecen un tanto bárbaras. Los toros no me acaban de apasionar aunque haya mucha sangre. No obstante, adoro sus comidas y bebidas, en especial la sangre encebollada y la sangría.

Entrevistador.-¿Cómo definiría su carácter?

Drácula.-Tiendo a la melancolía más hiperbólica.

Entrevistador.-¿Le ocurre con mucha frecuencia?

Drácula.-De lunes a jueves.

Entrevistador.-¿Su último libro?

Drácula.- “Las enfermedades venéreas en los Cárpatos”. Es de un autor rumano muy conocido en su vecindario.

Entrevistador.-¿Es usted feliz con su profesión?

Drácula.-Llevo seis siglos mordiendo cuellos y me divierte. No sabría hacer otra cosa.

Entrevistador.-¿Cómo se definiría?

Drácula.-Como un cretino.

Entrevistador.-¿Y físicamente?

Drácula.-Singularmente feo. No reúno las condiciones suficientes para enamorar a nadie.

Entrevistador.-Y sin embargo han pasado por sus manos miles de mujeres…

Drácula.-Misterios de Síbaris.

Entrevistador.-Las últimas preguntas…

Drácula.-Que pasen.

Entrevistador.-¿Le gustan los animales?

Drácula.-Tanto como veranear en Saint Moritz.

Entrevistador.-¿Qué habría querido ser de no haber sido vampiro?

Drácula.-Cupletista.

Entrevistador.-Bien, pues esto ha sido todo, señor conde. Un placer haber contado con su fascinante presencia.

Drácula.-El placer es mío. Au revoir!

 

Instantes después Drácula intentó morder a una compañera y tuvo que ser expulsado del edificio a patadas por dos guardias de seguridad.

 

 

 

 


viernes, 1 de noviembre de 2013

LA CAZA DE TOMMY PINKERTON


Interior de un almacén de productos de importación. Al fondo, una puerta y varias cajas de madera en las que se lee: Porcelanas Schaboory. En la izquierda de la escena, una escalera que sube hasta una oficina en un altillo. En la derecha, una mesa y dos sillas. Sobre la mesa hay dos botellas de vodka y dos vasos medio llenos. Además, hay un cenicero con un cigarro encendido. Para concluir, en la pared de la derecha hay una enorme foto de Rocky Marciano. Es de noche, a las doce.

Al levantarse el telón, en escena Harry y Annie escondidos tras unas cajas. Harry es un detective privado, muy alto y bien parecido, aunque rematadamente tonto. Tiene aproximadamente treinta y dos años, tres meses y dos días. Viste un traje italiano que todavía no ha pagado a su sastre, una gabardina gris, se cubre la cabeza con un sombrero y en la mano lleva una pistola bien mona. Annie tiene veinticinco años recién cumplidos y unas piernas que quitan el hipo. Es la secretaria de Harry y tiene una inteligencia regular. Es muy bonita, aunque algo bizca. Como habrán adivinado, él hace el amor con ella todos los sábados.

 

Annie.-Harry, son las doce de la noche y mañana tengo que madrugar, ¿por qué me has traído con tanta precipitación a este almacén del puerto?

Harry.-Porque es aquí donde Tommy Pinkerton organiza sus tropelías con su banda. Sé de buena tinta que esta noche vendrá aquí y esta vez no podrá escapar.

Annie.-Llevas cinco años detrás de él. Tommy Pinkerton es más escurridizo que una pastilla de jabón.

Harry.-Hoy asistirás a su final wagneriano. Él o sus hombres están aquí, quizá arriba en la oficina. ¿No ves los vasos medio llenos y el cigarro?

Annie.-Pueden ser de marineros o de trabajadores del puerto.

Harry.-Son de Pinkerton. Evans, mi confidente, me dio el chivatazo.

Annie.-¿Evans? ¿Ese tipo con catarro crónico y que siempre lleva calcetines grises? Ese hombre no podría decir ni dónde está su casa.

Harry.-Nunca me ha fallado. Fue Evans quien me dijo el lugar en el que se encontraba el cadáver descuartizado de Rosie Harris, la hija del senador Harris, el inventor de los cacahuetes pelados.

Annie.-¡Acabáramos! Te lo dijo después de haberlo leído en los periódicos y aun así tú le diste cien pavos por decirte que estaba very death en la habitación de un motel. A veces pienso que eres…

Harry.-¿Qué soy qué? No insinuarás que piensas que soy…

Annie.-Sí. Pienso que eres un poco…

(Alguien detrás de unas cajas dice: “¿Un poco qué?”).

Harry y Annie.-(Sobresaltados) ¿Quién anda ahí?

Evans.-Soy yo, Evans.

Annie.-¿Evans?

Harry.-¿Evans?

Evans.-Evans.

Harry.-¿Qué demonios haces aquí?

Evans.-Sabía que esta noche saldrías en busca de aventuras y como a mí el peligro me parece como un veraneo en California y es un reactivo para mi organismo, decidí seguiros.

Annie.-¿Has traído pistola? Igual hay jaleo.

Evans.-No, pero me he llenado los bolsillos de piedras por si había pelea.

Annie.-Eres más tonto de lo que aparentas.

Evans. Oye, Harry, ¿por qué le caigo tan mal a tu novia?

Harry.-No es mi novia. Solo trabaja para mí.

Annie.-¿Así que solo trabajo para ti? ¿No te referirás con eso a lo que te hago los sábados por la noche en mi casa?

Evans.-Oye, Harry, cuenta, ¿qué te hace la rubia los sábados por la noche en su casa?

Harry.-Dejadme en paz los dos. Hemos venido aquí a trabajar.

Annie.-¿Entonces no soy tu novia, so Landrú?

Harry.-Lo hablaremos mañana en mi despacho.

Annie.-(Señalando a la puerta) Si salimos vivos de esta noche.

(Por la puerta entra Pinkerton acompañado por tres orangutanes con sombreros y gabardinas. Ninguno se ha escapado del zoo, pero sí de la cárcel varias veces).

 

(Continuará…)

 

viernes, 26 de abril de 2013

MA PETITE FILLE


 

-Te amo, pequeña.

 -Yo a ti tambi...

-¿Qué?

 -Que yo tambi..

-¿Tambi?

-Si me sacaras el dedo de la boca podría terminar las palabras. Decía que yo también te quiero.

-¿De verdad? ¿Y cuánto?

-Así ahora mismo no sabría decirte, pero calcula el número de cacahuetes que te comes al año y lo multiplicas por cuarenta.

-¡Mon dieu! Entonces me quieres mucho.

 -Eso o es que comes muchos cacahuetes...

-¡Qué sería de mi si tú no estuvieras!

-¿Qué son los reyes cuando los abandonan sus ejércitos sino perfectas sombras en un día sin sol?”

-Eres una niña pera. Esa frase no es tuya. Siempre dándotelas de sabelotodo, pero a pesar de ello te adoro, eres tan hermosa…

- ¿Soy hermosa?

 -Mucho.

-¿Y cuánto?

 -Tanto como una mujer hermosa.

 

 (La melosidad del diálogo llevará a algunos a pensar en la miel y a otros a pensar en el suicidio).

 

-Te quiero, orejón, desde el primer momento en el que me ofreciste tu amor.

-Por aquel entonces pude permitirme el lujo de ofrecértelo porque estaba a un precio muy bajo…

-¿Nunca te han llamado imbécil?

-¡Y hasta cupletista!

-Cuando te vi por primera vez el amor, el deseo sexual, la felicidad y la pasión bailaron un fox-trot en mi cerebro.

-A mí me ocurrió lo mismo, me dije que si no te hacía mía esa misma noche me iría para siempre a África a cazar elefantes.

-Te vi tan provinciano, anodino, imbécil y sin un duro que decidí hacerte mío.

-Dejemos de hablar y vayamos a por el quinto “asalto”, pequeña.

 

 Los protagonistas se dirigen a por el quinto asalto y un operario de Zamora, cuya mujer le engaña con su sastre, deja caer el


TELÓN

 

 

 

viernes, 5 de abril de 2013

MARE NOSTRUM


-No aguanto más, querido, ya llevamos dos horas nadando y aún no hemos llegado a Cerdeña.

 -¿Llevamos? Mejor di que llevo dos horas nadando, pues tú te has quedado ahí tumbada, cual Cleopatra con la ponzoña del áspid, y no has movido ni un músculo.

 -La idea de ir a Cerdeña desde Torremolinos en colchoneta fue tuya, que con tal de ahorrarte unos euros eres capaz de cualquier cosa. ¿Sabes?

 -¿Qué?

 -Me gustaría tomarme un cocktail.

 -Así me gusta, Patitas de bailaora, que no decaiga tu ánimo, ¿y qué cocktail te tomarías?

 -El llamado “Cretino agudo”  o  el “¿Por qué me enamoré de este memo?"

 -Haré como si no te hubiese escuchado...

 -¡Mira que me vuelvo!

 -No sabes nadar, no llegarías muy lejos, además, ¿quién te dará mis besos fantásticos?

 -Si me quedo en la colchoneta es solo por tus besos, que conste.

 -¡Mira!

 -¿Qué?

 -Esa señal pone que a Cerdeña solo quedan 600 km.

 -¡Aggggg! ¡Te mataría lentamente regodeándome en tu sufrimiento! En cuanto lleguemos a Cerdeña pido el divorcio.

 (Minutos después el bello cuerpo de ella es recorrido con parsimonia por los fantásticos besos de él, y la idea del divorcio se hunde en lo profundo del Mediterráneo).

sábado, 30 de marzo de 2013

EPISTOLARIO



De Encarna López (veinte años, según dice ella) a Luis Martín (treinta años pasados sin pena ni gloria).

“So fiera de la manigua: Que sea la última vez, repito, la última, que me dejas plantada, so cafre. ¿Te parece bonito? Dos horas sentada en un banco esperando a que su señoría se dignase a venir. Si ya me decía mi difunto padre que me estaba ennoviando con un paquebote con cara de ajo.

¿Y esta vez por qué nos has venido? ¿Otra vez te han querido secuestrar al salir de casa? Claro, eres tan estupendo que todo el mundo te quiere secuestrar para sentarte en su salón y contemplarte todo el día. Landrú, no eres más que un Landrú. Chato, ya estoy más que harta de tus desplantes. Mamá, que ahora mismo está haciendo una ensalada de pepinos, dice que te deje, que con lo bien plantada y trabajadora que soy no me van a faltar pretendientes. Y yo te dejaría ahora mismo, pero te quiero, oyes, te quiero, y tú me dirás cómo dejo yo ahora alguien al que quiero con locura.

Luisito mío, anda, no me seas malo. Yo te perdono que te vayas por ahí con los amigos a esas timbas de bacarrá y que te vayas todos los domingos al fútbol y me dejes en casa en plan ostrícola sin salir, pero que me dejes plantada los jueves por la tarde, que sabes que libro y quiero pasar la tarde contigo, no tiene nombre. Menudo pitorreo se traen Fernandita y Pitu. Si hasta dicen que me la pegas con otra. Pero yo sé que no es así, porque ¿quién iba a quererte a ti más que yo? Además, hijo, que aunque seas mi novio tienes muy mala facha y vistes unos trajes que te quedan grandes. Por no decir lo que bizqueas del ojo izquierdo y lo que tartamudeas. Y que no me enterase yo que me engañas con una, porque entonces iba a haber un Dos de Mayo otra vez en Madrid.

Bueno, chatín, que va a empezar la novela en la radio y no me la quiero perder. Que el domingo es el cumpleaños de mi hermano Pedrito, el menos listo de todos, y estás invitado. Este domingo no hay fútbol, así que no tienes excusa. Además, mamá hará carcamusas, que te vuelven loco. Te esperamos entonces.

Te quiere hasta la extenuación tu

                                                                                                      Encarni.

 P.D. No le regales a Pedrito libros, que ya sabes que no lee con soltura. Una peonza estaría bien".




jueves, 28 de marzo de 2013

LA FERIA



PERSONAJES: Patitas de bailaora, ingrávida, insultantemente bella y rubia como una patata frita, y yo, que aún no sé cómo definirme.

DECORACIÓN: Recinto ferial de la ciudad de París. París, por si alguno aún no lo sabe, es la capital de Francia.

Ambiente muy alegre. Mucha luz. Se oyen risas, gritos, toses y odiosas canciones de feria. Huele a algodón dulce.

Al levantarse el telón se ve a los dos personajes montados en los caballitos a pesar de tener ya sus treinta años cada uno. Se hace una pausa de una hora para que el espectador pueda contemplar lo bella que es ella.

-Patitas de bailaora, los caballitos me marean… ¿No podríamos ir a tomar algo cómodamente en un café?

-A ti lo que te marea son las cinco copas que te has tomado ya hoy, so cretino.

-¿Cinco? Creo que eran menos, pero te gusta exagerar.

-Bah, calla y dame un beso, anda, que hoy me has dado muy pocos.

-No he tenido tiempo. Estuve toda la mañana trabajando.

-(Carcajada de ella que se prolonga por el espacio de quince minutos) ¿Trabajando tú? ¿En qué? Chico, tienes unas salidas…

-Estuve escribiendo. Ya tengo la novela  terminada.

-Llevas cinco años con ella y todavía no me has dicho de qué trata.

-Es sobre la bohemia en París. Un poeta pobre que se enamora de una bella y adinerada francesa.

-¿Sí? Esto es más interesante que esas comedias que escribes sobre arte, psicología y galápagos… ¿Se enamoran?

-Sí. Hasta la extenuación de los sentidos y de millones de parisinos.

-¿Y? Cuenta, boceras. ¿Se casan?

-No. Él no se presenta el día de la boda.

-¡Pero bueno! ¿Y eso por qué?

-Por un imponderable.

-¿Cuál?

-El poeta, además de ser indecentemente pobre, tenía cataratas en los dos ojos. Al cruzar la calle es atropellado por un coche que lo deja hecho una birria. Sus últimas palabras son para Mimí, su prometida, y para André Breton, su inspiración. ¡El arte y el amor, mon cherie!

-¡Oh, qué triste! Mon Dieu… ¿Me dejarás leer la novela?

-Claro, mon amour. Además, son solo mil páginas, que es lo habitual en este tipo de obras.

-Ainsss.

-¿Qué?

-Que eres muy tonto, pero te quiero con locura.

-¿De verdad?

-Te lo juro por Balenciaga.

-Yo también te quiero.

-¿Cuánto?

-De aquí a Fontainebleau.

-¡Ooooh! ¡Dame un beso!

-Oye, tú, que estos caballitos van cada vez más rápido.

-¡Qué me beses!

-Espera, que me voy a caer.

-Tranquilo. Te caerás al final del drama, pero antes me besarás apasionadamente.

(Él la besa apasionadamente y, como ella ha dicho, después se cae del caballito para delirio de todo el público).

 TELÓN

 

jueves, 21 de febrero de 2013

LOS AMORES DE SHERLOCK HOLMES

-Watson, las mujeres de Whitechapel están hoy especialmente guapas.
- Me sorprende esa observación de un misógino como usted, ya que nunca se interesa por las mujeres, a excepción de las que están muertas o recurren a sus servicios.
- Es por falta material de tiempo...
- ¿Ha amado usted alguna vez, Holmes?
- Una vez. Fue en Dublín. Ella era bellísima como las mujeres bellísimas.
- ¿Sí? ¡Cuente, cuente! Esto me interesa más que los célebres crímenes de Williams y los M'’Kean.
- Me encontraba en Dublín intentando dar caza al asesino del arzobispo de Canterbury. ¿Recuerda usted ese caso?
- Claro que lo recuerdo. Encontraron al arzobispo asesinado a golpes con el tomo quinto de "Las andanzas de Atila y sus colegas". Sobre el cadáver había una nota que decía que el asesino era un autor de cuplés.
- Exactamente, Watson, pero luego resultó que la nota era solo para despistar a los de Scotland Yard, sin embargo, yo sabía que un autor de cuplés es incapaz de matar a un arzobispo, pero un empresario teatral o un diplomático chileno sí.
- Bien, pero cuente lo de la chica, estoy tan expectante con la historia como la vez que mi padre me metió en la Inclusa. ¿Cómo era ella? ¿Dónde la conoció?
- Ella estaba casada con un azucarero, y era la mujer más envidiada de todo Dublín y de Valladolid.
- ¿Por estar casada con el azucarero?
- No, por su belleza y por lo bien que cocinaba la tortilla de cebollas. Era de estatura media, delgada, dos ojos azules hermosísimos, bizca del ojo izquierdo, dos pechos capaces de amamantar a toda una tribu de indios jíbaros, y distinguida, muy distinguida.
- ¿Y las piernas?
- Dos.
- Entiendo.
- Cuando nos presentaron ella me comió con la mirada.
- ¿Y usted qué hizo?
- Abrí la boca estupefacto, y cuando iba a decir que me moría por morder los dedos de sus pies, su marido, el azucarero, se acercó a mi y me susurró que no se me ocurriese ni por asomo hacerlo, porque la señorita en cuestión hacía largo tiempo que abandonó la limpieza de esa parte de su anatomía.
- Entiendo...¿Le apetece un vermouth, Holmes?
- Solo si es con anchoas.

lunes, 7 de enero de 2013

LAS QUE TIENEN QUE BAILAR

Chica 1ª. Toda la noche aquí de pie enseñando muslamen a esos babosos.

Chica 2ª. Este trabajo me mata. Anoche acabé como un gato con lumbago.

Chica 3ª. Vosotras siempre os quejais por todo.

Chica 1ª. Claro, a ti como te vigila y te lleva a casa el matón de tu novio, no hay baboso que se te acerque.

Chica 2ª. Tu novio no te quita ojo, y al que se te acerca le sacude un guantazo. ¿Recordáis al pobre chico ese de Soria? Después de que el novio de ésta le pusiese las manazas encima solo se acerca por aquí vestido con una armadura de guerrero del siglo XIV.

Chica 3ª. ¡Pero qué exageradas!

Chica 1ª. ¡ Chicas, atención! Por ahí llega el lelo de Mariano fumando esos cigarros egipcios fabricados en Canadá. No se da pote ni ná el señorito.

Chica 2ª. En cuanto bajemos de aquí le sacaremos unas copas.

Chica 3ª. ¿Qué edad tiene Mariano?

Chica 1ª. La edad de Marianito es algo tan difícil de adivinar como la clase de tinte que usa.

Chica 2ª. Es un boceras que lleva dos años intentando meternos mano.

Chica 3ª. ¡Será a vosotras!

Chica 1ª. Exacto, a nosotras, porque si lo intenta contigo será tu Sebastián el que le meta mano a él...

Chica 3ª. Dejad a Sebastián en paz, si el pobre es un angelito.

Chica 2ª.  ¿Ha dicho que Sebastián es un angelito? Esta chica no tiene remedio.

Chica 1ª. Venga chicas, dejad de hablar y a bailar, o de lo contrario Leopoldo no nos pagará.

Chica 2ª. ¿Qué dice?

Chica 1ª. Que demos saltos.

Chica 3ª. ¡Qué salte él!

Chica 1ª. ¡No, que se le caerá el bisoñé!