"CUAL SI QUISIERAN JUNTAR CIELO Y TIERRA, RUGEN, LLAMANDO A PUERTAS Y VENTANAS, MAS NO LOGRAN ENTRAR, Y ES MÁS GRATO NUESTRO DESCANSO EN LA SEGURA SALA".

miércoles, 13 de julio de 2016

UNA COMEDIA MADRILEÑA DEL SIGLO XXI





Personajes: los que ven. Si alguno de ustedes ve alguno más, póngase en contacto de inmediato con un servidor.
Decorado: el de la foto. Está claro que nunca seré un buen novelista descriptivo.
La acción en la actualidad y en Madrid, cerca de la Puerta de Toledo, según se entra a mano derecha.

Doctor.-Veamos...(Una pausa de media hora).- Empiece por contarme qué es aquello que tanto le turba y no le permite pegar ojo por las noches.
Paciente.-Mi mujer.
Doctor.- ¿Es que ronca?
Paciente.-No, es que no la soporto.
Doctor.-No es motivo suficiente para que usted tenga esta depresión tan fuerte.
Paciente.-Si usted la conociese...
Doctor.-Me da igual; el doctor soy yo y, por lo tanto, yo digo cuál es la causa de su mal.
Paciente.-¡Faltaría más!
Doctor.-No duerme bien, no come, se pasa el día triste, taciturno y melancólico y el trato con los de su especie le pone de un humor terrible... No me cabe la menor duda, usted necesita un cambio de aires.
Paciente.-Doctor...
Doctor.-¿Sí?
Paciente.-Tengo sed.
Doctor.- (Tarareando el célebre tango “Cuidado con las rusas”).- Es usted un ser primario que solo se preocupa de satisfacer sus necesidades más imperiosas. ¡Céntrese, caballero!
Paciente (Suplicante).-Pero es que tengo...
Doctor.- ¡A callarse! ¿Qué opina usted del método cartesiano?
Paciente.-No sé de lo que me habla.
Doctor.- (Tomando notas en su cuadernillo).-Interesante. Usted, pollo, no conoce el método cartesiano. Bien, ¿y qué me dice del concepto de verdad en Kant?
Paciente.-No sé quién es ese señor, pero si le sirve de consuelo yo digo siempre la verdad.
Doctor.-Me parece una desfachatez por su parte. Con la verdad no se va a ningún sitio. ¡Mienta usted, hombre de Dios! Cuénteme su vida y espero que todo lo que me cuenta sea mentira.
Paciente.- (Estupefacto).-Si es su deseo... Bien, mi padre era cazador en la África misteriosa y mi madre era dos años más joven que yo. Ella murió y mi padre se tuvo que encargar de mí, por lo que me llevó por toda África. Me amantaron cocodrilos, chacales, hienas, leones y elefantes e hice mi primera comunión en una aldea Watusi. ¿Voy bien, doctor?
Doctor.-Estupendamente. Siga usted, pollo.
Paciente.-A los diez años cansado de vagar por África cazando con mi padre me vine para Europa y me hice dentista.
Doctor.-¿Le fue bien el negocio?
Paciente.-De maravilla. A los dos meses ya tenía un capitalito en el banco de cincuenta millones de pesetas.
Doctor.-¡Bárbaro! Pero siga usted, pollo.
Paciente.-Bueno, no hay mucho más que contar. A los doce me casé con mi actual esposa. Tuvimos tres hijos y una mula y nos fuimos a vivir a Galapagar.
Doctor.-¿Una mula?
Paciente.-Sí. La madre de ella.
Doctor.-Entiendo... Bien, es usted un gran mentiroso. Le auguro un gran futuro como político o como pescador de ostras en Ceilán.
Paciente.-Me abruma usted.
Doctor.-No diga usted bobadas, joven.
Paciente.-¡Cuá, cuá! Doctor, creo que me empiezo a poner nervioso y triste.
Doctor.-Entonces es el momento de hablar de cosas serias. Cuénteme su última pesadilla.
Paciente.-Fue anoche. Soñé con Mario Vaquerizo.
Doctor.-¡Qué horror! ¿Qué hacía?
Paciente.-Entraba en mi cocina y se freía unos huevos fritos con patatas.
Doctor.-¡Qué idiotez tan exquisita!
Paciente.- Doctor, creo que empiezo a poner nervioso y triste.
Doctor.-Entonces es el momento de hablar de cosas serias. Cuénteme su última pesadilla.
Paciente.-Mariano Rajoy era un minotauro y Pablo Iglesias un basilisco.
Doctor.-¿Qué cenó esa noche?
Paciente.-¡Mollejas!
Doctor.- Entiendo...
Paciente.-¡Abd del Krim!
Doctor.-¿Cómo?
Paciente.-Que acabo de ver a Abd del Krim paseándose por su salón.
Doctor.-¡Imposible! Le habrá usted confundido con Carlomagno.

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