-No aguanto más,
querido, ya llevamos dos horas nadando y aún no hemos llegado a Cerdeña.
-¿Llevamos? Mejor di que llevo dos horas
nadando, pues tú te has quedado ahí tumbada, cual Cleopatra con la ponzoña del
áspid, y no has movido ni un músculo.
-La idea de ir a Cerdeña desde Torremolinos en
colchoneta fue tuya, que con tal de ahorrarte unos euros eres capaz de
cualquier cosa. ¿Sabes?
-¿Qué?
-Me gustaría tomarme un cocktail.
-Así me gusta, Patitas de bailaora, que no
decaiga tu ánimo, ¿y qué cocktail te tomarías?
-El llamado “Cretino agudo” o el “¿Por
qué me enamoré de este memo?"
-Haré como si no te hubiese escuchado...
-¡Mira que me vuelvo!
-No sabes nadar, no llegarías muy lejos,
además, ¿quién te dará mis besos fantásticos?
-Si me quedo en la colchoneta es solo por tus
besos, que conste.
-¡Mira!
-¿Qué?
-Esa señal pone que a Cerdeña solo quedan 600
km.
-¡Aggggg! ¡Te mataría lentamente regodeándome
en tu sufrimiento! En cuanto lleguemos a Cerdeña pido el divorcio.
(Minutos después el bello cuerpo de ella es
recorrido con parsimonia por los fantásticos besos de él, y la idea del
divorcio se hunde en lo profundo del Mediterráneo).
¡Ja, ja, ja! ¡Qué malísima que es la crisis! A mí también se me han ocurrido cosas parecidas, como ir a París en patinete o cruzar el Estrecho con un saltador...
ResponderEliminar¿Es usted un verdadero ser humano pensante o una máquina de elaborar risas a través de sonrisas rotas?
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