"CUAL SI QUISIERAN JUNTAR CIELO Y TIERRA, RUGEN, LLAMANDO A PUERTAS Y VENTANAS, MAS NO LOGRAN ENTRAR, Y ES MÁS GRATO NUESTRO DESCANSO EN LA SEGURA SALA".

domingo, 28 de octubre de 2018

EPISTOLARIO


Querida Patitas de bailaora: Aunque te escribí hace dos días una carta de mil folios explicándote los últimos sucesos en Toledo y las campañas napoleónicas, he tenido que escribirte de nuevo. Te preguntarás el porqué, ¿verdad? Verás, es que llevo cuatro años llamándote “patitas de bailaora” y creo que ya va siendo hora de cambiarte el nombre. Tengo varios, atiende: “Divina”, “Tormento mío” y “Capullito de alelí”. Después de hablarlo con Puqui, Pilu y Leo, he decidido llamarte Capullito de alelí. Sé que cuando leas la carta derramarás tres centímetros cúbicos de lágrimas ante mi originalidad y me idolatrarás como si de un ídolo hindú se tratase. Es normal, una vez que se me conoce no se puede dejar de quererme. 
Como te decía hace dos días, estoy bien; Puqui, Pilu y Leo también. Puqui se dejó ayer con Mariano, porque éste ha dejado la carrera de ingeniero y quiere dedicarse a tocar los timbales. Mariano siempre nos pareció un poco tonto y ahora lo ha confirmado. No te preocupes por Puqui, porque nada más dejar a Mariano llamó a Juanito para ir al cine. Juanito, por si no le recuerdas, es aquel estudiante de medicina con catarro crónico que compartió piso con Pilu. Sí, aquel con cara de alfombra. Terminó la carrera y puso una consulta en la calle Lagasca. Ya sabes como es Puqui, le gustan con estudios y porvenir, pero a mí Juanito nunca me gustó, porque fuma en pipa y usa calcetines.
Me llegaron los cacahuetes que me mandaste de Berlín. Tienes razón, los cacahuetes prusianos no tienen parangón. Para la próxima vez me envías treinta kilos más.
Oye, quiero contarte una cosa, pero es que me da vergüenza... Bueno, venga, te lo digo ¡Ja, ja, ja, ja! No, no, que vas a decir que soy tonto y que siempre estoy pensando en lo mismo...¡Ja,ja, ja,ja! ¿Lo cuento? ¡Ja,ja,ja,ja! ¡Qué vergüenza! Bueno, anda, si es que soy más tonto...¡Ja,ja,ja,ja! ¡Qué lo cuento! Es que te echo de menos, pero no de menos en el sentido espiritual, que también, pero ahora me refiero al otro sentido, ya sabes ¡Ja,ja,ja,ja! ¡Me da vergüenza! Eso, que pienso en ti y me entran unos sudores, unos escalofríos y unos espasmos que parecen a los arrobamientos de Santa Teresa. Nada, que me pongo tan “malo” que para que se me pase tengo que montarme en el coche y no parar hasta llegar a Alhama de Aragón. Una vez allí, ya más tranquilo, me doy media vuelta y vuelvo a Toledo. A ver si vuelves pronto de Berlín, porque este mes le he hecho al coche 28.000 kilómetros. 
Gracias por las fotos que me mandaste. Estás imponente de guapa, pareces un fenómeno de feria. Mamá dice que no es normal que alguien como tú, guapa, rica, con cultura y esa fineza de espíritu se haya fijado en el arrastrao de su hijo, es decir, en mí. A veces pienso que soy adoptado. 
Recuerdos a tu familia y dile a tu prima que se deje de tantos chicos y que se aplique más en la universidad.

Te quiere hasta la extenuación tu
Alberto.

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