Como remembranza de mi
etapa de periodista radiofónico en una importante emisora cuyo nombre omitiré,
he decido reproducir íntegra una de mis más famosas entrevistas. Se trata de una
serie de interviús —tituladas “Entrevistas a medianoche”— realizadas a una
caterva de terroríficos personajes como Frankenstein, la Momia, el conde
Drácula, el fantasma del castillo de Hauzenberg y un notario de Ávila. La que
les expongo a continuación se la realicé al conde Drácula el día 15 de febrero
de 2008, a las doce de la noche. Soplaba viento de poniente.
Entrevistador.-Bienvenido
a esta su casa, señor conde, ¿o puedo llamarle Drácula?
Drácula.-Usted me puede
llamar hasta “cuchicuchi”.
Entrevistador.-Tiene
usted unas salidas, conde… Pero vayamos al grano. ¿Cuándo nació usted?
Drácula.-Pues la fecha
exacta no la recuerdo, era uno muy joven, pero sí sé que mis padres deseaban
una hembra, pues ya habían tenido catorce varones consecutivos.
Entrevistador.-¿Su edad
aproximada?
Drácula.-Unos seis
siglos.
Entrevistador.-Pues se
conserva usted muy bien.
Drácula.-Eso es porque
no enveneno mi organismo ni con el tabaco ni con el alcohol. Tampoco con las
mujeres.
Entrevistador.-Eso me
resulta difícil de aceptar. Usted tiene fama de seducir a cuanta mujer se le
ponga por delante.
Drácula.-Uno tiene que
alimentarse, pero prefiero no intimar mucho con ellas.
Entrevistador.-¿Qué
opina de las mujeres?
Drácula.-Que a ratos
fugacísimos son encantadoras, pero la mayoría de las veces solo me provocan
jaquecas.
Entrevistador.-¿Misógino?
Drácula.-No.
Transilvano.
Entrevistador.-¿Ha
estado casado alguna vez o es también misógamo?
Drácula.-No sé lo que
es misógamo, yo no terminé el bachillerato. Y sí, he estado casado tres veces.
Entrevistador.-¿Qué
opina del divorcio?
Drácula.-Que tras las
latas en conserva es el mejor invento del ser humano.
Entrevistador.-¿Usa
usted calcetines grises?
Drácula.-Le ruego que
no me pregunte tonterías.
Entrevistador.-¿Cuánto
se gasta en gomina?
Drácula.-Una
barbaridad, pero no he venido aquí a hablar de eso.
Entrevistador.-¿Se
interesa usted por política?
Drácula.-Suelo leer los
periódicos en el tranvía y soy de ideología conservadora.
Entrevistador.-¿Ha
amado alguna vez?
Drácula.-Una vez creí
haber amado, sin embargo, resultó ser una gastrointeritis que me provocó una
fiebre muy aguda y un dolor en el costado que por poco me muero.
Entrevistador.-Usted es
inmortal.
Drácula.-¡Y del Madrid!
Entrevistador.-Lleva
veinte años viviendo en Gandía por prescripción médica. ¿Qué opina de las
costumbres españolas? ¿Le gustan los toros?
Drácula.-Las costumbres
españolas me parecen un tanto bárbaras. Los toros no me acaban de apasionar
aunque haya mucha sangre. No obstante, adoro sus comidas y bebidas, en especial
la sangre encebollada y la sangría.
Entrevistador.-¿Cómo
definiría su carácter?
Drácula.-Tiendo a la
melancolía más hiperbólica.
Entrevistador.-¿Le
ocurre con mucha frecuencia?
Drácula.-De lunes a
jueves.
Entrevistador.-¿Su
último libro?
Drácula.- “Las
enfermedades venéreas en los Cárpatos”. Es de un autor rumano muy conocido en
su vecindario.
Entrevistador.-¿Es
usted feliz con su profesión?
Drácula.-Llevo seis
siglos mordiendo cuellos y me divierte. No sabría hacer otra cosa.
Entrevistador.-¿Cómo se
definiría?
Drácula.-Como un
cretino.
Entrevistador.-¿Y
físicamente?
Drácula.-Singularmente
feo. No reúno las condiciones suficientes para enamorar a nadie.
Entrevistador.-Y sin
embargo han pasado por sus manos miles de mujeres…
Drácula.-Misterios de
Síbaris.
Entrevistador.-Las
últimas preguntas…
Drácula.-Que pasen.
Entrevistador.-¿Le
gustan los animales?
Drácula.-Tanto como
veranear en Saint Moritz.
Entrevistador.-¿Qué
habría querido ser de no haber sido vampiro?
Drácula.-Cupletista.
Entrevistador.-Bien,
pues esto ha sido todo, señor conde. Un placer haber contado con su fascinante
presencia.
Drácula.-El placer es
mío. Au revoir!
Instantes después
Drácula intentó morder a una compañera y tuvo que ser expulsado del edificio a
patadas por dos guardias de seguridad.